Brotes de crecimiento durante la alimentación complementaria

Brotes de crecimiento durante la alimentación complementaria

 Brotes de crecimiento durante la alimentación complementaria

¿Cómo afrontarlos?

Acabas de llegar a la primera meta de lactancia; seis meses de seno, sólo seno. Estás sumergida en un mar de felicidad y emociones porque acabas de lograr lo que para muchos era imposible.

Entre brotes de crecimiento, regresiones de sueño y demás comportamientos que nos hacen dudar de nuestra lactancia, aunque no todos estén relacionados con ella, piensas que aquí acaba todo y, de repente, tu pequeño inicia nuevamente con comportamientos similares a cuando estaba recién nacido, esta vez con unas connotaciones ligeramente distintas.

Te preguntarás:

-¿Qué pasa?

Los llamados brotes de crecimiento no sólo están presentes durante los primeros seis meses de vida, a partir de ahí y por diversos cambios que suceden en nuestros bebés, podemos experimentar que el bebé se comporta de forma distinta, donde algunas veces muestra sentirse incómodo o no sentirse satisfecho al pecho.

Primeros brotes de crecimiento

Este comportamiento suele causar mucha angustia a las madres; suelen tener inseguridad hacia su capacidad de amamantar, y empiezan a pensar que “su producción de leche no es suficiente”, o que al empezar la alimentación complementaria ya “la leche materna no es imprescindible para su crecimiento”.

 ¿Qué sucede cuando llegan a los seis (6) meses? 

En esta etapa pudiera aparecer un comportamiento que no necesariamente se da en todos los bebés. De hecho, se conoce como un falso brote, pero hemos de admitir que muchos bebés presentan un cambio en su comportamiento, el cual puede reflejarse en mayor o menor apego al pecho de mamá y por eso lo citaremos en este artículo.

Durante esta etapa damos inicio de la alimentación complementaria, la cual coincide también con cambios en su desarrollo (comienzo del gateo, ponerse de pie, entre otros.) al igual que cambios en los patrones de sueño del bebé.

 

De manera que podemos resaltar los siguientes escenarios:

1- El bebé siente fascinación por esos nuevos sabores/texturas por lo que puede olvidarse un poco del pecho y si intentas darle el seno tu pequeño se enfada; se niega y si forcejeas intentando que tome, te muerde.

2- Le cuesta familiarizarse con la comida, la rechaza o la escupe, y si llega a comer, es muy poco. No siente ningún interés hacia lo nuevo, y prefiere lo que ya conoce: Tu pecho. En este punto debemos de valorizar que el bebé haya completado los hitos de desarrollo que nos indican que está realmente listo para iniciar la alimentación complementaria.

¿Cómo afrontar estos escenarios?

  • Es importante no obligar con el pecho
  • Usar sostén o ropa de tiros (en casa) para atraerle
  • Volver a ofrecer en unos minutos, siempre ofrecer pecho unos treinta (30) o cuarenta (40) minutos antes de la comida.

 

Evita caer en la mala interpretación de que si rechaza el pecho es porque ya no lo necesita. Es sumamente vital durante esta etapa tener paciencia con la introducción de alimentos, iniciar de forma paulatina y cantidades no excesivas, de modo que evites un destete temprano, recuerda que se le llama “alimentación complementaria” porque es precisamente eso: un complemento a la leche materna, la cual será su alimento principal y más importante hasta el primer año de vida.

 ¿Algún evento a los doce (12) meses?

Luego de los seis (6) meses muchos padres podrían evidenciar un cambio en el patrón de comportamiento de sus hijos, esto sucede generalmente a los ocho (8) meses y se conoce como angustia por separación, de esto estaremos hablando en otro interesante artículo.

Para el primer año de vida probablemente notarás una fuerte caída en el apetito en tu hijo. De repente puede que se vuelva más selectivo acerca de lo que come, volteará la cabeza luego de unos pocos bocados o se resistirá a sentarse a la mesa a la hora de comer. Y es que para el año de vida los bebés pasan por lo que se conoce comúnmente como anorexia del año, dejan de mostrar interés por los alimentos o comen pequeñas cantidades, y, los que amamantan, aumentan la demanda del pecho.

 -¿Por qué sucede esto? 

La velocidad de crecimiento de los niños disminuye radicalmente a esta edad. El niño que había engordado cinco (5) o seis (6) kilos en el primer año, a partir de este momento solo engordará dos (2) kilos, por lo tanto, necesitará menos comida que antes.

Si mamá no está informada, en vez de darle menos comida intentará darle más, pues parece lógico que “como es más grande, comerá más”, parece lógico, pero es falso.

A pesar de que el bebé disminuye la ingesta de alimentos, no por eso reduce la demanda de pecho, sino al contrario; es entonces cuando muchas piensan en quitar el seno para que coma más, un error, eliminar la lactancia solamente causa que el niño reciba menos alimentos, puesto que a pesar de lo que se cree, la leche materna sigue siendo nutritiva y adecuada y, además, es lo único que el niño parece querer.

Sobre los quince o dieciocho (15-18) meses los bebés empiezan a comer con mayor interés, adaptándose instintivamente sus necesidades, ya que en este rango su velocidad de crecimiento se incrementa de nuevo, no de igual forma que al inicio, pero al menos ya el cuerpo se ha adaptado al nuevo mecanismo.

¿Cómo actuar? 

  • A los doce (12) meses, ya debe ofrecerse tres comidas y puede incluirse otros dos refrigerios nutritivos, si lo desean. Los alimentos deben ser adecuados, es decir, que proporcionen suficiente energía, proteínas y micronutrientes, de manera que lo ingerido tenga buen valor nutricional.
  • Continuar utilizando hábitos saludables a la hora de ingerir alimentos. Comer en familia y predicar con el ejemplo son excelentes medidas.
  • Evitar los premios o castigos para comer, esto generará que el niño tenga una mala interpretación de porqué se debe comer y, en el caso de los premios, más adelante podría hacerlo solo para lograr sus objetivos, no ofrecer alimentos superfluos antes de la comida y, muy importante, nunca obligarles a comer.
  • No elimines el pecho, amamantar durante este tiempo ayudará a tu bebé a sobrellevar esta etapa con mejor éxito y le prevendrá de enfermedades por baja en su sistema inmune.

 

Y a los dos años, ¿tenemos algún brote?

La lactancia evoluciona a medida que los niños crecen y este es un momento de gran transformación; cada vez son más las madres que llegan a esta etapa de lactancia, como bien lo recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), por eso es importante que sepan qué esperar en esta edad, qué comportamientos desarrolla el niño y cómo manejarlos.

A los dos años pareciera que ya los brotes son cosas del pasado, pero nos aguarda lo que popularmente se conoce como: Los terribles dos, por muchos citado como; el último brote de lactancia. Los niños han crecido bastante y todas las habilidades que han desarrollado le otorgan una independencia que, paradójicamente, les hace sentir inseguros en muchas áreas, pero a la vez seguros y firmes en otras, además de que choca su deseo de independencia con la necesidad de los padres de controlarles y regular su comportamiento.

En cuanto a lactancia se refiere, los niños demandan el pecho de manera continua, las madres que aún amamantan, podrán notar que la intensidad de su pequeño puede compararse a cuando estaba recién nacido y en pleno brote de los quince (15) días. Suelen demandar el pecho de manera nerviosa e insistente, si la madre les niega el pecho, el bebé no lo toma de la mejor manera.

¿Pero, porqué su comportamiento?

A esta edad el niño entiende la mayoría de las palabras que le decimos e incluso, en la mayoría de los casos, tienen un vocabulario más amplio, pero aún no completo, por eso se frustran constantemente tratando de comunicar lo que quiere. En este momento el niño desarrolla un “yoismo”, quiere hacer cumplir su voluntad y se centra en la palabra NO, se siente incomprendido y su avalancha de sentimientos la trasmite con rabietas, pero su mejor manera de saber que todo está bien es aferrarse al pecho de mamá, su salvavidas.

Este aumento de demanda suele durar unos meses, hasta que el bebé va comprendiendo como adquirir seguridad, es aquí cuando la demanda se normaliza y la frecuencia al pecho se reduce. Por lo cual mamá, siéntete orgullosa de tener un medio para calmar y enseñar a tu bebé a superar esta etapa.

 ¿Cómo debo manejarlos? 

  • De manera firme pero paciente, debemos ir mostrándoles cómo deben comportarse ante las diversas situaciones que se van presentando, el diálogo como siempre es importante.
  • Ser comprensivos, no entrar en la dinámica de negar el pecho, más bien ofrecerlo cuando lo pida y poco a poco ir guiando en cómo queremos que lo pidan en lo adelante.
  • Negociar los momentos a pedir, si tenemos el espacio o ambiente, alternar con actividades que sean de interés del infante.

 

Recuerda, ¡La Leche Materna es el mejor alimento que puede tomar su hijo!, a cualquier edad, por lo tanto, no te apresures a un destete por su comportamiento, más bien aprovecha el momento para educar de la manera que esperas y quieres que sea.

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