La lactancia materna es la forma natural de alimentar a nuestros hijos, el alimento ideal para su crecimiento y desarrollo: la leche materna. Este líquido perfecto, adecuado para el consumo humano, compuesto en cantidades exactas de elementos vitales y capaz de ajustarse a los requerimientos de cada bebé, porque esa composición cambia según sus necesidades; por eso decimos que la leche materna es un alimento dinámico que varía de niño a niño, y de etapa en etapa.
La leche materna no es una simple colección de nutrientes sino un producto vivo de gran complejidad biológica, activamente protectora e inmunomoduladora que estimula el desarrollo adecuado del lactante.
Los componentes principales de la leche materna son: grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales, factores anti-infecciosos, factores bioactivos.
En otras palabras, la leche del pecho de mamá se adapta a las necesidades de su bebé en cada momento, es por esto que la leche materna que produce la madre durante el día es diferente a la de la noche, porque durante la noche está cargada de L-triptófano, un aminoácido que favorece el sueño del bebé.
Otra de las maravillosas virtudes de la leche materna, es que se adapta al requerimiento calórico del bebé, la leche que produce el cuerpo de la madre cuando su hijo es prematuro es distinta a la que produce el cuerpo de la madre de un bebé que nace a término. El bebé prematuro requiere una leche que le ayude a aumentar de peso de forma más rápida, por eso la leche materna contiene más proteínas y minerales, sal y diferentes tipos de grasas que puede digerir y absorber con mayor facilidad.
En ese mismo sentido, la leche del principio de la toma tiene más agua y minerales que la del final de la toma, que está cargada de grasa. La lógica de esta composición de transición de la leche materna es sencilla: saciar la sed del bebé primero y nutrirlo al final. De esta forma, mientras más tiempo dure el bebé en el pecho, más leche grasa tomará y por consiguiente más aumentará de peso. Es por esto que se recomienda mantener la lactancia materna por el mayor tiempo posible, porque en cada etapa del bebé se produce una composición distinta en la leche materna.
Otra de las adaptaciones de la leche materna a las necesidades del bebé ocurre cuando éste padece una enfermedad. El bebé tiene la capacidad de informar (a través de la saliva) al cuerpo de la madre cuando está enfermo. El cuerpo reacciona preparando una leche especial con una composición adecuada para atacar esa enfermedad, tal como hace cuando están recién nacidos, se produce una leche cargada en defensas para reforzar un sistema inmunológico débil como es el de un bebé acabado de nacer, ¿no te parece maravilloso?
¿Y si te digo que la leche materna contiene células de crecimiento cerebral que aportan beneficios neurológicos para tu bebé que ayudan a que desarrolle procesos importantes a nivel cerebral y producen mayor índice de coeficiente intelectual? La lactancia materna genera beneficios a quien recibe el alimento y al que lo suministra. Un bebé amamantado padecerá menos enfermedades que el que no recibe leche materna. Por esto es menos propenso a sufrir de neumonía, diarrea, infecciones de oído, asma, muerte súbita del lactante, obesidad, cáncer.
En adición a lo anterior, no sólo la leche materna como alimento posee cualidades admirables, sino que la práctica de amamantar genera múltiples beneficios para mamá y bebé, el hecho de cargar nuestro bebé para alimentarlo, acariciarlo, susurrarle, cantarle, produce para ambos muchos beneficios emocionales. Incluso, genera en mamá hormonas que la ayudan a descansar y a sentirse más feliz y a gusto con su maternidad. El derroche de oxitocina (llamada también hormona del amor), hace que mamá se sienta enamorada de su bebé, por tanto, en ella también aumentará el amor propio por sentirse plena en su función como madre que suple las necesidades de su cría y se siente feliz haciéndolo.
Cuando el bebé es amamantado ejercita sus ojos, cuando toma leche del seno derecho sus ojos miran hacia el lado izquierdo, y viceversa. Este ejercicio ayuda a las habilidades visuales y sólo ocurre cuando ofrecemos el pecho, ya que cuando damos el tetero el bebé siempre mira en la misma dirección y ejercita más un lado, del cual le colocamos para ofrecerle el tetero.
Un bebé amamantado también ejercita sus huesos maxilares y la cara del individuo. Cuando el niño nace su mandíbula es pequeña en relación a los demás huesos de la cara, la fuerza de succión necesaria para extraer leche estimula su crecimiento, así como de la maxila y los músculos masticatorios. La succión del seno promueve la respiración adecuada y la correcta posición de la lengua, elementos fundamentales para el desarrollo adecuado de la dentición, del posicionamiento de los huesos y de una oclusión adecuada, lo que disminuye la probabilidad de desarrollo de mal oclusiones. Este ejercicio también tiene su efecto importante en el habla del niño. Este esfuerzo en la succión también cansa al bebé, lo calma y le ayuda a dormir mejor. Es por esto que los niños amamantados no necesitan ser calmados por un chupete (bobo), porque esa necesidad de succionar durante la etapa oral se sacia en la teta.
El bebé amamantado también poseerá dientes más fuertes. Esto se debe a las características de la leche materna que aumenta la absorción del calcio. Los huesos y músculos fuertes también son importantes para gatear y caminar más rápido.
En el caso de la madre, los beneficios de la lactancia materna son innumerables, desde la maravillosa sensación que genera en nosotras el súper poder de amamantar hasta todas las condiciones de salud que podemos evitarnos con esta práctica hacen que la lactancia sea la primera opción, sobre todo de forma ininterrumpida.
Anemia, hipertensión, diabetes tipo II, osteoporosis, depresión post parto, obesidad, cáncer de mama, cáncer de ovario y cáncer de útero, son sólo algunas de las condiciones de salud que puede prevenir la lactancia materna. En el caso específico del cáncer de mama, se ha demostrado que por cada año que amamanta la madre aumenta el factor protector de la lactancia materna. El primer año de lactancia materna se previene un 12% y a partir de ese momento, por cada año más aumenta un 7%. Por ejemplo, una mujer que amamanta durante 4 años se protege un 33% más frente al cáncer de mama que una mujer que no amamanta.
Amamantar genera bienestar a la familia, impacta directamente en su economía a corto, mediano y largo plazo, no solamente porque ahorra dinero al no tener que invertir en la compra de leche de fórmula, agua y artículos para su preparación, sino también porque durante el resto de la vida de la madre y el bebé habrá que gastar menos dinero comprando medicinas y en el traslado y servicios de centros de salud.
La lactancia materna es importante para el planeta, pues ahorra agua, evita el maltrato animal derivado de la explotación del ganado vacuno, y el costo de su mantenimiento. Evita la contaminación derivada de la producción de envases para el almacenamiento de la leche de fórmula, envases que terminan en nuestros océanos y la contaminación producida por las medicinas que no necesitamos consumir cuando somos familias sanas, gracias a la lactancia materna.
La lactancia materna también produce bienestar a la familia gracias a la estabilidad emocional creada por el vínculo que surge entre el bebé y su cuidador principal: mamá. Es indudable que el padre juega un rol fundamental en la contención de mamá durante la lactancia materna, sin embargo, es mamá la que representa la figura principal de protección para el bebé. Este contacto continuo promueve en el bebé la sensación de seguridad que necesita para desarrollar el apego positivo, que va de la mano con un autoestima fuerte, un individuo más estable emocionalmente, más cariñoso y menos violento.
Estos punto son muy importantes para nuestra sociedad si lo vemos de manera conjunta, porque si decimos que serán miles/millones de seres humanos más saludables, más estables emocionalmente y menos violentos, estamos diciendo que esta práctica impacta directamente en la salud pública y en el nivel de conflicto social existente, en la justicia y en la violencia, que es cada vez un factor más preocupante.
La importancia de la lactancia materna es incuestionable, esto se ha demostrado y se sigue demostrando científicamente. Nuestra invitación es brindar un mayor nivel de calidad de vida a través de todos los beneficios que ofrece la lactancia materna a todo y a todos. Por todo lo anterior, no es de extrañar que la Organización Mundial de la Salud y otras entidades con autoridad en la materia recomienden amamantar de manera exclusiva durante los primeros seis (6) meses de vida, y de manera complementaria durante por lo menos dos (2) años.
NOTA: Este grupo es transitorio para luego llevarles a la zona que pertenece, si usted no contesta a quien le contacte durante las próximas 48 horas, será eliminada.
Este es el enlace de ingreso a nuestro grupo de WhatsApp de bienvenida. Acceso hasta las 8:00 P.M (Hora república Dominicana)
Cuando accedas al grupo, favor indicar en un solo bloque de texto:
Tu nombre y sector o provincia donde resides. • Si estás embarazada: tiempo de gestación. • Si eres madre lactante: edad del bebé, si usas fórmula y cuéntanos un poco de tu experiencia. • Si eres madre médico residente: edad del bebé, especificarnos que eres residente y contarnos tu experiencia.
• Si eres padre o abuela.
¡Te damos la bienvenida a la Familia ProlactarRD! Estamos felices por tu decisión de querer darle lo mejor a tu bebé.